La mañana del sábado 18 de noviembre nuestra Catedral acogió a fieles y presbíteros de todos los rincones de la arquidiócesis que quisieron acompañar al Cardenal Celestino Aós Braco en su Misa de despedida.

Ocasión propicia para agradecer a Dios por sus cuatro años de ministerio episcopal a la cabeza de la Iglesia de Santiago. Obra que “vengo a presentar y entregar al Señor… Servicio pobre y limitado, pequeño y corto en el tiempo, pero en el que he tratado de amar y servir a esta Archidiócesis de Santiago que se me encomendó”, señaló el cardenal durante la homilía.

Durante la celebración estuvo acompañado también por sus más directos colaboradores, vicarios, obispos auxiliares y demás hermanos en el episcopado. Teniendo palabras de agradecimiento para cada uno, señalando que “he vivido estos años en Santiago con la ayuda de las oraciones de ustedes aquí presentes y también las oraciones de muchas otras personas que no están físicamente aquí, pero sí están unidas en espíritu. Gracias”.

Finalmente, exhortó a la asamblea a recordar que “Jesús es el gran Pastor de nuestras almas y es Jesús quien da pastores a su Iglesia”, y que en estos momentos nos da como nuevo pastor a Monseñor Fernando Chomalí. “Acójanlo en espíritu de fe, dispuestos a caminar con él en la fe y generosos para ofrecerle la colaboración que les pueda solicitar”, concluyó.

Monseñor Alberto Lorenzelli, aprovechó la ocasión para dirigir algunas palabras expresando su gratitud y la de todo el clero de Santiago. Destacando que “su espíritu capuchino nos ha contagiado vivir el evangelio desde la oración, la fraternidad, la pobreza y humildad, la sencillez y la alegría interior, la acogida y la entrega generosa”.

También hizo uso de la palabra Andrea Hidalgo, delegada episcopal para la verdad y la paz, quien agradeció tener “un pastor sencillo, cercano al mundo de los pobres, los enfermos, los niños y los ancianos”. Tras lo cual, se le obsequió un crucifijo, como recordatorio constante de la misericordia divina que él ha encarnado en su labor pastoral.

Uno de los hitos del gobierno del Cardenal Celestino Aós Braco que se destacó en esta ocasión, fue la creación de la Vicaría de la Misericordia, cuyos integrantes presentaron en el ofertorio un cirio como signo de la luz de la misericordia de Dios que estamos llamados a entregar.

Acompañemos nosotros también estos sentimientos de gratitud con nuestra oración constante por cada uno de los pastores, vivos y difuntos, que Nuestro Señor ha querido para la Arquidiócesis de Santiago, en especial por el Cardenal Celestino Aós Braco, OFMCap.

Revisa a continuación algunas fotos de esta celebración y revive la Santa Misa con el video de la transmisión oficial: