Ya prontos a la fiesta de Navidad, las decoraciones propias de este tiempo sobreabundan en los hogares e iglesias, en las que siempre resaltan los pesebres que nos recuerdan la hermosa escena del nacimiento de nuestro Señor.
La Catedral Metropolitana destaca por un conjunto escultórico inaugurado en el año 2000 gracias a la generosa donación de un grupo de bienhechores, con motivo de la celebración de Navidad y el cambio de milenio.
Esta obra fue realizada en tiempo record por los hermanos Aurelio, Claudio, Patricio y Gerardo Rodríguez. Quienes en cuatro meses elaboraron cada pieza en madera de raulí traída desde la Región de la Araucanía. Esta presenta un color rojizo que se va acentuando hacia el sur de país, y se caracteriza por tener poca veta, por lo que es muy resistente al tiempo, manteniéndose compacta, sin grietas, lo que hace que una vez terminada la pieza esta perdure en el tiempo.
Nuestro Belén es una adaptación de la obra de Julia Vera, artesana de Pomaire de gran devoción a la Santísima Virgen, de quien se cuenta que acostumbraba practicar ayuno antes de realizar estos trabajos de figuras religiosas, al igual que los antiguos artistas de los Iconos.
Una gran simbología está presente en las 14 figuras de una sola pieza que conforman este “Pesebre de Chile”.
Primeramente, la figura del Niño Dios cubierto por la estrella de la bandera chilena plasma la acogida y el agradecimiento que da Chile por la venida de Jesús. También expresa que el Niño tiene a nuestro país en su Corazón.
La Virgen María y San José miran con ternura al Niño y en sus ojos expresan la admiración y adoración de los hombres por Jesús. Mientras que los tres Reyes Magos, ataviados con mantas de las diversas regiones de Chile, presentan regalos de cobre, como símbolo de nuestra riqueza del norte; frutos típicos chilenos de la zona central; y panes amasados, alimento diario de nuestro pueblo a lo largo de todo Chile.
Por otro lado, los pastores visten mantas propias de la región de Magallanes, llevando de ofrenda unas ovejas, animal típico de esa región austral, y peces producto de nuestros mares.
Una de las piezas características más notables de este conjunto es el Ángel, que también está esculpido en una sola pieza, con la cruz que lleva la estrella de Chile, y un lazo símbolo de la Resurrección de Cristo.
Admiremos cada detalle de este pesebre que durante el tiempo de Navidad nos acompaña en la Catedral, con el fin de transportarnos al misterio de la Natividad. Y así, por medio de la representación artística de este magno acontecimiento, adorar al Dios verdadero que se hizo hombre para salvarnos.