Jesús nos ha redimido con su Santa Cruz, ha derramado su Preciosísima Sangre camino al Gólgota, todo por amor. Es por ello, que la piedad ha llevado a los cristianos a una de las más bellas prácticas: el rezo del Via Crucis.
Se trata de recorrer la Vía Dolorosa, meditando en cada estación la escena de la Pasión y Muerte de Jesús que allí se narra. Especial oración que la Iglesia anima a los fieles a realizar, sobre todo, en este tiempo de penitencia y conversión.
Al finalizar la Santa Misa de 12:30 hrs. iniciamos el rezo del Via Crucis por el interior de nuestra Catedral.
Una oportunidad de unirnos a Cristo en sus padecimientos, cargando nuestras propias cruces, de consolar las lágrimas que María Santísima derramó por nuestra causa y adorar aquel madero del que pendió la salvación del mundo.